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¿Quieres fomentar la autonomía personal en tus hijos y la cooperación domestica?

  • Mara Garcia
  • 24 ene 2017
  • 2 Min. de lectura

Los bebés nos inspiran ternura, al verles tan indefensos. Por lo que muchas veces todas las atenciones y cuidados nos parecen pocos. Este apego es positivo cuando son bebés.

Alrededor de los 2-4 años, al empezar la etapa infantil cualquier aprendizaje nuevo de nuestro pequeño nos parece un logro, coger un tenedor, correr, hablar... Sin embargo, en esta etapa les creemos incapaces de aprender normas de rutina familiar, como el respeto, autonomía o la cooperación, de tal forma que si el peque quiere jugar con una pelota él solo cuando hay más niños que quieren jugar a la pelota en grupo, de normal se les dice al grupo de niños,” jugad vosotros a otra cosa que él es más pequeñito y no sabe jugar con vosotros”. Yo en estos casos siempre prefiero enseñarle al niño pequeño a jugar en grupo y compartir, ya que un niño de dos años ya es capaz de aprender a jugar pasando una pelota a los otros niños, y así aprender un nuevo valor, el de la cooperación. Del mismo modo también se limita a los niños a aprender a ser autónomos en tareas como vestirse, ducharse, o hacer tareas escolares solos, o ordenar su habitación, ya que muchos padres les ofrecen ayuda innecesaria en tareas que ellos mismos pueden empezar a realizar, o que con una simple supervisión es suficiente.

¿Qué pasa cuando estos pequeñajos crecen y cumplen los 6 años? Alrededor de estas edades empiezan a adquirir autonomía, y cuando queremos exigirles que ordenen su habitación, o que nos ayuden a poner la mesa, creemos que ya están en edad de obedecernos cuando en realidad, están aprendiendo a colaborar, ya que no han llegado a interiorizar el concepto de cooperación, con la excusa de es muy pequeño aún. Es entonces cuando empiezan los conflictos familiares de es que no hace caso, va a su bola. Los mismos conflictos pasan ante tareas que requieren autonomía del niño como vestirse, ordenar su habitación, etc. Cuando el niño está acostumbrado a realizar estas tareas con ayuda de sus padres o simplemente que se las realicen ellos, le cuesta iniciar dichas tareas de forma autónoma ya que esperaran la sobreayuda de sus padres, adquiriendo de esta forma una conducta dependiente de los adultos para realizar sus tareas propias.

Por ello resulta tan importante que los padres alrededor de los 2 años empiecen a incluir en la educación del niño hábitos, normas, y pautas sobre que tareas requieren cooperación y cuales autonomía. Un niño de 2 a 4 años puede ayudar a llevar las servilletas a la mesa, enseñándole así a cooperar desde pequeño. Un niño de 3-4 años puede vestirse pero con supervisión de los padres. Es muy importante que una vez el niño haya aprendido a realizar una tarea autónoma como vestirse solo, que no se le ofrezca ayuda para realizarla, para no permitir que el niño haga una regresión en su aprendizaje de hábitos. Permitiendo de esta manera que el niño vaya aprendiendo que tareas debe de hacer solo y en cuales debe de ayudar.

Incluyendo estos hábitos, normas y pautas de forma temprana se garantiza que el niño crezca interiorizándolas en su día a día adquiriéndolas como algo normal y habitual en el contexto familiar, evitando así conflictos más adelante.

 
 
 

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